LA VERDAD DE LA CARTELERA


Si usted le pregunta a una persona adulta, con responsabilidades, deudas y miedo a Datacrédito. Cuál es la mejor época de su vida sin duda te dirá que es la época de colegio. Y en cierta forma tienen razón, las responsabilidades financieras están a cargo en la mayoría de casos de un adulto, la mayor preocupación son los exámenes finales, las notas, la virginidad y las terribles carteleras.

No se a ustedes pero cuando a mi me tocaba hacer una cartelera y no había posibilidad que mi mamá me las hiciera, a mi se me bajaba la tensión. Yo soy consciente que con las nuevas tecnologías pasaron en algunos casos a la historia, pero la vaina depende en muchos casos de presupuesto. A lo pobre, colombiano y antiguo. Aún se usan carteleras y de esas hechas a mano. Pues bien ayer me encontré frente a frente con este temor de mi infancia y me puse a meditar sobre el tema. Estoy seguro que si usted pasó en algún momento por esto me entenderá.

Si hablamos de carteleras debemos empezar por la fascinante gama de colores de las cartulinas. Yo solo conocí la amarilla desteñida, la motivante verde,la escasa azulita y la espantosa rosada (Color que siempre se encontraba en la tienda de la esquina). Yo prefería la blanca. Y siempre detesté la rosada y hay una razón clara, si uno se equivoca como corrige? No han creado ese corrector rosadito ponque de quinceañera. Eso indicaba dos cosas: O volvía a empezar, o te quedaba la dichosa cartelera como un mapa de pirata. Y lamentablemente la segunda no era una opción sobre todo si está necesitando una calificación.

Hacer una cartelera es una vaina de ubicación espacial miedosa. Uno tiene que tener una capacidad mágica de imaginarse una línea de extremo a extremo, como un renglón invisible para copiar los primeros 20 artículos de la constitución de Colombia sin torcerse y que la cartelera no le quede como las cordilleras de nuestro país. Pero si usted no tiene esa capacidad, seguramente le tocó como yo: Hacer una delgada línea con lápiz durante horas que luego tenía que borrar con un borrador nata, suavecito, pero antes esperar que se secara la tinta del marcador porque de lo contrario, tendría que empezar desde cero, otra vez.

Que tal el poder de clarividencia que se tiene que tener para saber si la palabra esternocleidomastoideo cabe en los 25 centímetros que le sobran en la cartelera. Evidentemente cuando uno se da cuenta que no le cabe empieza a disminuir paulatinamente el tamaño de la letra de arial 23 para terminar haciéndola tamaño arial 4. Lo importante es hacer que la palabra entre. 

O que me dice de ese marcador que en mitad de camino lo dejaba a uno tirado a las 2 de la mañana un lunes? Ahí uno se le sale el químico porque le mete alcohol, menticol o hasta gasolina lo que diera para secar ese bendito marcador que con cada letra que escribe se le hace mas clarito.

Yo odio las carteleras, pero más si hay que dibujar en ellas y exponerlas en público. No se si a usted le pasó pero yo ni con el sistema cuadro a cuadro, papel calcante, o llamando a mi primo el que hace murales pero siempre el mapa de Colombia me quedaba como célula eucariota. Usted sabe cómo es una célula eucariota? Por eso, así mismo, todo lo abstracto es una célula Eucariota. 

Pero entre hacer carteras con cartulina y hacerlo en el infeliz papel bond. Me quedo con la cartulina. Todo por el tema del encarte para transportarla de la casa al colegio o la universidad. Usted parece un prófugo de la justicia en mitad de la calle con un maletín lleno de dólares. Solo que vez de maletín lleva un tubo enclenque amarrado con una liga, o con un pedacito de papel pegado con cinta. Esquivando gente, agua, aire, viento. Cualquier cosa que pueda afectar ese preciado tesoro que usted hizo durante todas la noche, luego de quince intentos, tres marcadores, rayitas casi transparente con borrador nata. 

Para que? Obviamente para leer la cartelera de cabo a rabo. para que su profesora le ponga una calificación mediocre por leer y no exponer sobre la eucariota que dibujó jurando que era un mapa, o el mapa que dibujó, cuando usted aseguraba que eran los veinte capítulos de la constitución. Cualquiera de las anteriores terminará de la misma manera, la dichosa cartelera terminará siempre en la basura pero antes un bate para golpear a sus compañero y con su deseo infinito de nunca más pasar por ese calvario.

Las carteleras del colegio o la universidad otra cosita mas a la lista de cosas que no pienso volver a hacer nunca mas en la vida. 

Good luck
Matt

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