MI PRIMERA VEZ EN UN PUTIADERO






Lo confieso, me moría de ganas por conocer este maniático, lujurioso y encantador lugar donde las mujeres de simples mortales se convertían en diosas. Aprovechando mi fin de semana en Bogotá, un amigo tuvo el detallazo de invitarme al “putiadero” mas famoso de la ciudad. El acuario.


Si he de ser sincero, al principio no se me hizo nada del otro mundo. El sitio aparte de ser muy concurrido y costoso incluía todos los detalles que me imaginaba. La luz loba, una escalera majestuosa en mitad del sitio, un tubo para baile, muchos señores mayorcitos con cara de expertos y los mas jóvenes con cara de asombro. Si no fuera por las mujeres con escasa, ajustada y felina ropa que bailaban de mesa en mesa, podía haber sido un bar más, decorado parecido, con música similar, en fin. Alguna vez escuche que estos sitios son los perfectos para tomarse una copa, y poner el ojo en otra cosa diferente al vaso de cerveza fría. Y obviamente allí cualquier vaso de cerveza envidiaría el protagonismo.


Lo que llamó mi atención es que aunque se supone que deberían tener toda la experiencia del mundo caminando en zapatos teiboleros, una mesera parecía gato espinado, ¿qué onda con la capacitación?. Además que me dicen de ese nombre artístico "Selva Maria" Me imagine una selva de vello que brrr no quise siquiera indagar


Eso sí, mis respetos para ellas, esos si son muslos. Y flexibilidad. “La Enrollada” y “La Sabrosa” se colgaban en ese tubo cual anaconda en victima, y debo reconocer que lo hacía muy pero MUY bien. A eso llamo yo unas mujeres orgullosas y seguras de si misma, y de lo que tienen.


Como primera experiencia, me pareció adecuada. Excepto cuando Blanca Nubia una trabajadora se emborracho y empezó a pasar de mesa en mesa a pedir trago y a mostrarnos la foto de su hijo que había fallecido. Bueno sin mencionar que La Guevona (así la llamaban) se puso a llorar por que no conseguía cliente debido a su ya avanzado estado de embarazo.


Afortunadamente la Caimana, así se hacia llamar la dueña del acuario quizo poner todo bajo control y ofrecernos su mejor atención. Entre otras cosas esta distinguida estrambótica y voluptuosa señora parecía familiar de Laisa Reyes, un travesti de una telenovela colombiana. Pero luego que se monto al escenario y se abrió la bata y dejo ver parte de su anatomía. La duda quedo despejada… o un interrogante mas grande, si era el travesti… donde se metería aquello?


Definitivamente este fue mejor show que había visto en años. Cuanto talento cuanta gracia y cuanta feminidad en su mas amplia y desnuda expresión. Y para los que no saben exactamente de lo que hablo. Mi primera vez en un putiadero fue en la función teatral de a 2.50 la cuba libre de Casa Ensamble el fin de semana pasado. Una de esas experiencias brutales que usted no puede dejar de vivir por nada del mundo.


Definitivamente luego de esta obra teatral cualquier persona puede redefinir su concepto de teatro, putas y sano entretenimiento.

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