Volví, para pesar de
muchos y alegrías de otros tantos aun no he sido secuestrado por la guerrilla,
raptado por alienígenas o puesto en medida de aseguramiento por mis delitos
cometidos. Aun no me atrapan (Buajajaja)
Bueno, la verdad, es
que he cumplido cinco meses de haberme independizado y aparte de mantener un
trabajo, un gato, una carrera, unos sueños (que por días se desploman) ahora
también tengo que mantener una casa cosa que no me da mucho tiempo para meterme
a escribir las cosas varias a los cuales partida de desocupados ustedes están
acostumbrados
Y cuando digo
independizado es que desde que me mude a Bogotá vivo SOLO, SOLO. No
compartiendo apartamento como en Bucaramanga (que es como vivir SOLO pero con
OTRA GENTE). Y aunque la experiencia es bastante dura al principio, debo
admitirlo sirve cantidades para aprender muchísimo de uno mismo, se aprenden
muchas cosas como por ejemplo: Que uno es mas idiota de lo que pensaba.
Es por eso que quiero
dedicar algunas entradas a el constante conflicto que ocasiona vivir solo: “La
frustración de saber que las cosas no se hacen solas”.
Para empezar, de las
cosas que no se hacen solas cuando uno vive solo, es la comida. Durante estos
27 años de vida solo aprendí a hacer pasta, arepa, carne frita, huevos al gusto,
sopa de sobre y sándwich.
Ya se imaginaran, luego
de 3 meses con este variado menú por que me dio anemia. Fue así que me vi en la
necesidad de recurrir a mi mediocre memoria para intentar emular las recetas de
mi madre, mi tía y Alexandria para no morir de hambre. Y digo memoria mediocre,
por que desafortunadamente siempre olvido uno que otro detalle que hace que las
recetas no me salgan bien del todo. En algunos casos he hecho combinaciones que
no son aptas para el consumo humano. No se preocupen, nada que trasbocar no
pueda solucionar.
El otro día, me
recomendaron comer hígado encebollado para hacer que mis glóbulos rojos
aumentaran y mi saludable tono de piel de vampiro desapareciera. Mi mente
curiosa me llevo a probarlo. Al final salió bien. Digo, solo queme el
microondas, el sartén, las cebollas y un tris el hígado que finalmente termino
con un sabor indefinido. Pero bien. Aun tengo un tris de anemia y he
perfeccionado la técnica del hígado encebollado, y también la lavada del sartén
quemado. Pero todo bien
En conclusión en mi
casa había una cocina, y en ella mercado. Y en vez de experimentar cuando tenia
un adulto responsable que me respaldara todas las estupideces gastronómicas que
quería hacer espere para independizarme, tener que pagar por el mercado que
quemo y experimentar conmigo mismo a ver si no muero envenenado. Pero por
favor, no se preocupen siempre tengo el twitter actualizado, si han pasado 6
horas sin trinar, llamen una ambulancia lo mas seguro es que estaba
experimentando con un menú nuevo.
Publicar un comentario