Llevo tres post en
línea con la misma temática. Las cosas mas difíciles de vivir solo. Y estoy
seguro que si han vivido esta surrealista experiencia, se han sentido algo
identificados. Si no, pues prepárense para lo que se les viene encima
Después de la cocina, y
las facturas hay un aspecto que nos puede llegar a torturar… La ropa sucia
Partamos del hecho que la
infeliz se reproduce. Es como un gremlin que se cayo en una piscina. Es decir,
el viernes se lava y el domingo ya hay un par de medias que quieren salir del
canasto. Es por eso que he aprendido a llevar una relación muy especial con
ella. Para mi es como la compañera antipática de la oficina. La cual ignoro
hasta que es estrictamente necesario tratarla. Luego la sigo ignorando. Así la
infeliz intente con todos los medios captar mi atención.
Supongo que saben de lo
que les estoy hablando. Cuando usted vive en su casa materna, su madre o su
empleada le encuentran lo terapéutico a sacar las cosas de los bolsillos, a
ponerlas al derecho, o al revés o como se tengan que poner para meterla a la
lavadora, luego sacarla, extenderla, colgarla si es el caso, doblarla y esperar
un par de días a que nuevamente este esperando que la laven.
Ropa desechable! Esa
seria una buena solución, al menos tendría un poquitico mas de sentido que
tanta rutinaria utilización de tiempo, dinero y paciencia. Que finalmente es lo
que se tiene que lograr tener con esta labor domestica. Pero bueno tampoco me
imagino los gastos que acarrearían semejante invento.
Como sea. Lavar ropa es
una de las labores mas costosas, si de vivir solo se trata. Por eso tener una
lavandería es un negocio rentable. Se gasta, agua, luz, tiempo y detergente. Y
aquí quería llegar.
Tiene usted
conocimiento de lo costoso que es el detergente de lavar la ropa? Si… se que
esta frase sonó tan ama de casa desesperada que leerla en voz alta, me
avergüenza, de hecho no se como llego a este blog.
Ignorémosla. Como hago
con la ropa sucia.
Es por eso que cada vez
que se acaba el detergente y tengo que salir al supermercado por mas, le pido
al dios del Detergente a San Ariel, FAB, Top o al que usted le encomiende el
cuidado de sus telas que halla un súper descuento y que algún día, no muy
lejano también traiga como obsequio una gentil señora que le encuentre gracia a
sacar las cosas de los bolsillos, a ponerlas al derecho, o al revés o como se
tengan que poner para meterla a la lavadora por que a mi esta tarea se me hace
de las mas cacorras que puede uno hacer viviendo solo en una casa. Y si la ropa
sucia se lava en casa, debo confesarles que a mi me estresa lavar la mía.
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