Hola, como van? Si yo se que me les perdí unos días, pero este fin de semana fue festivo y el anterior también, lo que concluirían que tendría mucho tiempo libre para escribir cosa que no es cierta por que con tanto puente junto lo que sobran son planes. Por mas grotescos y etílicos que sean.
Pues bien, este fin de semana empaque maleta y me fui para Ibagué, una ciudad a un par de horas por tierra desde Bogotá, por esa razón, decidí no recurrir a mi sobredosis obligada de Mareol para perder el conocimiento durante el recorrido y así disfrutar durante un par de horas el paisaje y el camino.
El problema estuvo que el viaje duro siete horas y tuve que estar consiente a la fuerza, de toda esta epopéyica situación que termino en este post. Este es un análisis de cinco cosas que a conciencia usted a vivido en un viaje eterno en bus consiente. (No me vaya ha salir con que siempre ha tomado avión y nunca a experimentado el bus intermunicipal y si es así, cierre esta pagina se aburrirá resto con nuestras costumbres Colombianas)
1. Primero que todo, acá al bus intermunicipal se le llama “Flota” pero que no “flota” en todo el viaje, “sacude” que es otra cosa muy diferente. Afortunadamente con el tiempo y la edad uno de adulto ya madura todo el zarandeo y lo coordina con el estomago, cosa que de niño yo era incapaz de hacer y por eso vomitaba hasta el cansancio todo el camino. En fin en mi bus también habían un par de niños con esa incapacidad que con toda seguridad llegaron a Ibagué directo a las urgencias por deshidratación.
2. Algo que es característico en los Buses intermunicipales es ese agrado nauseabundo de los conductores por la música. Pareciera que si no les gusta cierto tipo de música no les dan el trabajo. Yo soy el hombre mas crossover del planeta, pero escuchar el mismo CD durante siete horas ha generado en mi cierto resentimiento por la música guasca y las rancheras 3 y 6 del CD que con seguridad se llama los “cañonazos rancheros para viajeros mareados con los oídos tapados”
3. Oídos tapados. Esa es de esas situaciones incomodas a las que por lo menos yo me enfrento. Lo he intentado todo, el chicle, el intentar respirar por el oído, bostezar como cocodrilo, quedarme dormido y hablar hasta el cansancio pero nada. Luego de tres horas de viaje siento que mis oídos están sumergidos en 2 metros de agua donde a lo lejos alcanzo a escuchar lo que ocurre a mi alrededor. Aunque pensándolo bien tiene sus ventajas, no escucho con nitidez ni la música, ni los niños vomitando a mi alrededor.
4. No entiendo (y usted me perdonara si acostumbra a hacerlo) Por que siempre hay un par de pasajeros que se volaron de AA, no es posible que en esta oportunidad en el puesto de enfrente me halla tocado el par de viejitos aguardienteros con parquinson que regaban mas guaro en su ropa que lo que se metían a la boca. Es decir toda mi zona de lo que seria de un confortable viaje era 3G ósea una fusión fabulosa de Guaro de adelante, Gasolina de la flota y Guasqueada del niño de atrás.
5. Bus intermunicipal que se respete si no tiene el cupo completo cuando sale de la terminal, para en todas partes a recoger mas pasajeros. Y si esta lleno también para embutir otro tanto. Es decir es como andar en Trasmilenio de recorrido largo, solo que con un fondo musical popular y con olor a gallina, cebolla, sudor y mareo del niño que no coordina el estomago con las curvas
En fin, este no es un post para quejarme sino para advertirle por si debe viajar por tierra en estas vacaciones, no olvide pegarse su buena dopada para que estos puntos no le perturben el viaje ni por un instante y finalmente tenga un placentero y muy cómodo viaje mientras usted yace trabado a punta de Mareol en el fondo de cualquier silla. Y recuerde aquel viaje que no le deje huella en su corazón, o al menos ideas para su blog. Jamás fue un viaje. Y a usted que le gusta ponerle “Me gusta” a mis artículos o recomendarlo por twitter, cuénteme: Existen mas razones para querer trabarse en un viajecito de estos? Nos leemos al rato. Bye
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