QUIEN TIENE EL RABO DE TOALLA…




Que se lo quite antes que se lo pillen!

Había una vez un joven amigo mío, llamado Felipe que se levantó una universitaria, le tiro los perros hasta que un día luego unas buenas copas decidió dar un paso más y llevar las manos mas allá de lo permitido en las normas de urbanidad de Carreño, un sitio privado y boom! Descubrió que el gran trasero de su acompañante el cual era su objeto de culto, no eran mas que cuatro toallas de tocador acomodadas estratégicamente dentro de un panty de esos que supongo usan todas nuestras abuelas… (Las conservadoras digo)

- “Siquiera tenia silicona, ni químicos. Solo tenia toallas bien dobladas en cada nalga… de las bordadas”- Me dijo.

Estoy seguro que si usted escucha esto de su mejor amigo se puede echar a reír. Pues quiero decirle que eso hice. Es que a Felipe y a mi nos pasan cada cosa… en fin. Volvamos al asunto

Soy partidario de las cirugías estéticas, si uno no esta conforme con su cuerpo esta en todo el derecho de darse machete hasta que el cuerpo aguante, la plata le alcance o el sicólogo la logre persuadir. Además cada vez son mas efectivas, menos traumáticas y se ven mas naturales. Solo tienen un defecto: No están al alcance de cualquier persona. Por eso existe la otra manera de mejorar la apariencia a menor costo: Los rellenos, las copas, varillas, extensiones y hasta las fajas que ayudan indiscutiblemente a mejorar el aspecto frente al espejo (Y con la ropa puesta obviamente), pero como primera impresión resultan menos dolorosas y costosas que meterse en un quirófano.

Antes le pido que no es necesario que entremos en el estrecho y sonso tema de “Lo importante es el interior” “Lo primero que le miro son los ojos, que son las ventanas del alma” y “Es lamentablemente materialista mi punto de vista” por que es mierda. Todos miramos lo de afuera y si nos gusta, seguimos mirando. Si no, como dicen en mi tierra… “Nos hacemos los toches:” para que a uno le guste alguien de entrada, el físico es un requisito indispensable

Pero cuando la economía no ayuda y se utiliza la técnica del camuflaje bajo la ropa… cuando llega la hora de dejarnos ver, así como somos… con los defectos de fábrica?

Un amigo, que para captar miradas en la universidad metía una bola de medias de fútbol dentro de sus calzoncillos, hasta que un día en medio de una borrachera en un baño de la universidad (“Claustro completamente irrespetado, como se le ocurre un estudiante ebrio en sus instalaciones” léase con sarcasmo) dejo caer la media y su dignidad frente a sus compañeros de curso.

Supongo yo, que si alguien usa algún accesorio externo, removible y poco estético a la vista o al tacto del otro, es importante retirarlo en la brevedad del caso para no quemar una cornea o congelar la libido. Y cuando haya la suficiente confianza y se tenga la certeza que la cintura estrecha o ese trasero exuberante con ropa pero que se esfuma al desnudo, no es lo único que admiran de ti, es mejor abrir la boca y hacer ese tipo de confesiones y así evitar que tu posible pareja saque conclusiones

Evítese situaciones incómodas como las de mi compañero que desde ese día se rebautizo en la facultad como pipi de trapo o como ahora es conocida por nosotros la ex sadista de Felipe la mejor cola… de toalla. Pasa en las películas, pasa en la vida real. Nos leemos al rato, bye

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