LA EPIDEMIA DE LA SOLTERIA


 

Lo se, he estado así o mas perdido. Pero he intentado tener una agenda social lo más llena posible para evitar terminar encerrado en mi apartamento pensando en “esta niña”, que como dice mi madre “Al parecer le dio juagadura de calzón” por que me tiene idiotizado. Con una “I” mayúscula.

La verdad es que de lunes a viernes, me la he pasado de teatro a cine, de cenas con viejas amistades y reencontrándome con algunas personas de la lista “pudieron ser” (y luego del reencuentro confirmo por que seguirán en el “pudieran”) En fin. Mi saldo ya esta en rojo por que con tanta vida social, no hay salario que dure.

Pero lo realmente paradójico de toda esta ajetreada vida que grita a leguas “Quiero tener mi mente ocupada” es que los fines de semana (A diferencia de ustedes alcohólicos empedernidos) he decidido mantenerme encerradito con doble seguro en la casa para tener momentos cercanos y crueles con mi soledad...

Bueno en realidad no quiero encontrarme con alguien que me pregunte: -Estas solo!!!, y donde esta su novia? O los malditos siempre oportunos que te salen con el comentario “ Vi a tu ex haciéndole un lavado de amigdalas al “pitufo medico” en el segundo piso… quien la ve!!”. O en el peor de los casos ver a mi “ex” de frente luego de haber bebido lo suficiente para lucir como una mierda y estar tan débil de carácter como para no mirarla como lo que se “supone” debe significar para mi: Nada.

No gracias, ya he permanecido arrodillado por tanto tiempo que tengo las rodillas peladas. Y sufrir una recaída de tuza o hacer una escena Please don’t leave me ebrio, ya es ser boleta con tiquetera y todo. Así que mejor prefiero estar tranquilo sentado en mi cama, sin encuentros fortuitos y que pueden terminar en una tragedia. Decidí comprarme alguito de tomar y ver que ocurre en el ciber-espacio.

Ahí fue donde me encontré el Sábado con Andrea, una amante de Youtube. Andrea como yo, prefiere escondérsele a su pasado en un lugar donde fácilmente la encuentre como ella quiere. En pijama y en su casa. Fue muy divertido, dos entusados un sábado en la noche vía skype, podríamos haber hecho cinco libros de superación personal. Aunque escrito entre ambos, con certeza ninguno de los dos lo leeríamos… ni aplicaríamos.

Matamos el amor en la tercera copa de vodka de ella, de aguardiente en la mía.

Ella propuso vivir eternamente con la epidemia de la soltería con digniad. Asi que al otro dia a primera hora, saldría a comprarse  un gato negro y un dildo rosado y dejar de creer para siempre en el amor.

Yo me propuse vivir esta etapa de soltería como quizás nunca la había vivido antes. Dejando de creer que el no tener el amor de por la que daría todo, me convertía en un leproso emocional. Decidí levantarme al otro dia con más berraquera que nunca, solo con la ilusión que ella algún día se de cuenta que yo si era el hombre de su vida. Y si en ese momento mi corazón pertenece a alguien mas… regalarle un gato negro y un dildo del tamaño de la foto para darle la bienvenida al mundo de los que sufrimos la epidemia de la soltería.

El guayabo fue tenaz. Pero las conclusiones como siempre… fueron alucinantes. Nos leemos al rato. Bye

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