Salir de paseo, siempre es ideal para todos aquellos que valoramos salir de la rutina. Al menos a un pueblo cercano, siempre será un buen plan para todos aquellos que entre semana estamos asfixiados entre el trafico, un jefe cascarrabias, obligaciones, hacer rendir la plata de la quincena y que decir de madrugar. Uno necesita descansar, por eso se va de paseo. Pero seamos honestos cuando usted se va de paseo, por lo general hace todo menos descansar. Les voy a decir porque.
Si tiene platica y se va en avión a una playa paradisíaca porque su economía lo permite. El descanso del paseo inicia desde el VIERNES, porque hay que empacar la maleta con tiempo y eso implica darse cuenta que tiene que comprar bloqueador, bronceador y repelente. El traje de baño porque el otro se le perdió, se le rompió o sencillamente ya no le queda bueno y si es mujer pegarse una depilada a conciencia. Porque culturalmente sabemos que no es lo mismo estar subida de peso, blanca como la leche a tenerla peluda.
El sábado hay que madrugar porque hay que llegar temprano al aeropuerto con una hora de anticipación y si usted viaja en una aereolinea de bajo costo hay que madrugar más para evitar una multa.
Lo mismo pasa, si usted no tiene tanto billete y decide irse por tierra, hay que dejar atrás la idea de la playa paradisíaca y pensar en algo mas sencillo. Piscina o rio, porque cuando uno esta en el interior del país lo que quiere es ver agua así sea estancada.
Ahí ya el traje de baño no es tan importante, vale lo que tenga a mano y pueda embutir en una maleta al lado de la toalla, cepillo de dientes y un par de tenis extra por si algún pendejo le da por empujarlo al agua en la recocha, el repelente para que no se lo coman los zancudos y el bloqueador se compra en el camino.
Cuando se llega al sitio deseado por lo general luego de 5 o 6 horas de haber salido de la cama y aun cansado pero optimista por el paseo se da cuenta que el estómago lo tiene chillando porque olvidó desayunar. Entonces es ahí cuando decide probar alguna bocadito del lugar. Es en ese momento cuando usted calma el hambre y alborota la tripa. Porque por lo general como su estómago no esta acostumbrado termina pasando la tarde entre el baño, el Lomotil y aguita con limón hasta que saque de su organismo ese suculento y pasado alimento.
A eso de las seis de la tarde deshidratado y a punta de pedialite y con ganas de en realidad gozarse el fin de semana y la inversión que ya se hizo. Es muy probable que sus amigos le animen a tomarse alguito como para iniciar la fiesta, entonces con una pinta de tierra caliente y repelente es muy probable que comience a ingerir el licor que halla, luego de la salchipapa que se le atraviese al frente, y luego de unas horas el trago que se le atraviese, mientras su demostración de talento para el baile y obviamente su chapuzón de media noche que rematará en un guayabo infeliz cuando usted reaccione casi finalizando la mañana del domingo.
Es ahí cuando usted se da cuenta que esta mas cascado y que quiere relajarse, entonces es muy probable que se ponga el chingue coja la toalla y se relaje en la piscina un rato. Pero ustedes saben que pasa luego de 6 días de trasnocho, trabajo y estrés cuando se recuesta un ratico al lado de una piscina, mar o rio. Que se quede dormido.
Cuando despierte es muy seguro que no sepa donde este, meta todas las cosas en la maleta a la maldita sea antes de perder el vuelo o que el trancón del plan retorno lo haga esperar ocho horas para llegar a su casa, comer algo rápido y meterse a la cama para iniciar la semana con todas las pilas, o con la energía que le quede. Hasta ese terrible momento, cuando te quitas la ropa y te das cuenta que te falto algo en todo tu paseo. Se te olvido empacar el bloqueador, y te acuerdas luego de llegar a tu casa y haber dormido ocho horas el domingo enguayabado a pleno sol
Es ahí cuando uno se pone a pensar si un paseo de fin de semana esta hecho para descansar o para cansarse mucho mas de lo que estabas antes del viernes. Aun así a los que se van de paseo hoy, que tengan un feliz fin de semana.
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